XUXO - Vázquez Pardo, Jesús

Vigo, 1948

 

Sus primeras enseñanzas las recibe en la Escuela  de Artes y Oficios de Vigo y a finales de la década de 1960, etapa decisiva en su vida, es en esta ciudad donde comienza a realizar  diversas exposiciones con pintores y escultores de su época.  Posteriormente, se traslada a Madrid por un periodo de cuatro años, donde continuará  practicando dibujo y pintura  en el Círculo de Bellas Artes, a la vez que frecuenta  museos y se relaciona con el mundo artístico del momento. Esta primera época, está marcada por una figuración abstracta, siguiendo las tendencias  de  Boccioni, Brancusi, Archipenko o Lipchitz.

Desde entonces, ha participado en numerosas exposiciones individuales y colectivas, concursos y simposios en todo el mundo. En 1983 instala su taller en Tebra (Tomiño), Pontevedra, España.

En su  formación, casi autodidacta, es significativa  la búsqueda  constante del equilibrio entre el contenido y la expresión de la forma escultórica. Armoniza y contrapone los planos verticales y oblicuos a las superficies curvas, cóncavas o convexas, desdoblando variadas y sorprendentes figuras  geométricas pero siempre cuidando, con extrema  atención, el lenguaje  que le es propio a cada material que utiliza. A partir del año 2000 es invitado a participar en distintos proyectos de obra pública para distintas ciudades en China, siendo el único escultor español presente en el Parque Olímpico de Esculturas de Pekín en 2008. A partir de entonces, sus esculturas públicas pasaron a ser muy valoradas en Asia. Obtuvo una medalla de oro internacional, tres medallas de oro nacionales, dos medallas de plata internacionales, entre otros premios. Varios museos en España tienen obras de Xuxo Vázquez, y sus esculturas monumentales se pueden encontrar en espacios abiertos.

              Hace décadas que Xuxo Vázquez, con una densa trayectoria que resume todas las técnicas y materiales posibles en escultura, se siente atraído por la obra pública. Si el volumen exige siempre un espacio con el que dialogar, su propia lógica invita a pensar en el ámbito en el que se inserta como un elemento importante a considerar. Ya en su amplia colaboración con el arquitecto José Bar Bóo,  iniciada a finales de los años 80, Xuxo proponía piezas perfectamente integradas en la arquitectura. Todo su trabajo posterior, esparcido por España, Portugal, Eslovenia, EEUU, Turquía,  Emiratos Árabes, Corea del Sur, China o Alemania, participa, una y otra vez, de esta premisa. La escultura no se completa si no es en relación con el lugar en el que se inserta. Cuando se destina a espacios abiertos, busca la complicidad de los elementos naturales que el ámbito le ofrece: la luz, el cielo, el agua, el sol o el paisaje inabarcable, que envuelven y acaban modelando su obra.